Hace unas semanas @cenitasporbarcelona aprovechamos un viaje a Madrid para ir a probar un restaurante japonés que nos recomendó un amigo: Kabuki Wellington.
Es un elegante local situado en los bajos del Hotel Wellington especializado en cocina japonesa con un toque mediterráneo. La decoración del local es sobria y elegante en tonos oscuros y materiales nobles. Tiene una barra japonesa a la vista desde donde los cocineros preparan los platos. El personal es profesional y simpático y el somelier excelente. La carta es larguísima y llena de originales especialidades asiáticas –tanto de preparaciones como de productos–, todo tan rico que cuesta decidir.
Sorbete de piña natural. Aperitivo cortesía de la casa. Cremoso y refrescante.
Bocado de sardinas rebozadas con katsobushi. Dos lomitos tiernos y salados que contrastan con el sabor dulce de la mezcla de algas nori, codium y lechuga de mar que los acompañan. Nos encantó el toque salado del katsobushi (escamas de bonito desecado).
Ensalada Sunomono moriawase. Una mezcla de algas marinadas en un riquísimo aliño y un montón de marisco: pulpo, vieira, chicharro y cangrejo. ¡Riquísima!
Tataki de atún. Láminas de atún fresco acompañado de puré de aceituna negra –intenso y salado– y de manzana verde –que le daba frescura–. Lástima que el atún estaba demasiado soasado y un pelín seco.
Tartar de toro con angulas y caviar. Dados de atún cortados a mano con angulas –nunca las habíamos probado y nos defraudaron un poco… Son bastante insípidas–. Lo acompañan de caviar –que da un punto salado riquísimo– y una yema de huevo –que ayuda a ligar y dar consistencia al plato–. El pescado tenía un sabor espectacular. ¡Un espectáculo para los sentidos!
Sashimi variado. Un surtido de pescado cruzo que llevaba: pez limón, chicharro, salmón, ventresca, atún, gamba dulce, calamar y vieira. Con un corte preciso y perfecto, ultra fresco y de calidad extra.
Usuzukuri de vieira con sal de coral y sichimi fresco. El usuzukuri es un tipo de sashimi que se caracteriza por su corte: preciso y al bies. Así se consiguen unas láminas de pescado casi transparentes. La vieira estaba tierna y jugosa, se deshacía en la boca y dejaba un regusto cremoso. El cebollino daba el toque fresco y el sichimi el toque especiado. ¡Sin palabras!
Tempura de ortigas de mar. Presentación espectacular pero plato un poco ridículo. Mini buñuelos de ortiguilla con un suave rebozado. Lo mejor la sopa de miso que acompaña.
Futomaki huitlacoche. Roll relleno de huitlacoche–una especie de hongo mexicano que crece entre los granos de maíz– y queso gallego Arzúa fundido. El queso tenia un sabor suave y al estar calentito le daba un toque cremoso y fundente al maki. ¡Delicioso!
Texturas de Chocolate. Cremoso chocolate amargo, chocolate blanco semi-helado, migas de cacao crujientes y salsa de chocolate con lecho y caramelo.
Tarta Chocolateada. Bizcocho chocolateado cubierto de fundente chocolate y acompañado de frutos rojos y crumble de cacao.
🍾La carta de vinos es maravillosa y también lo es su somelier. Tomamos un espectacular espumoso de un pequeños vigneron Pierre Peters: Les Chetillons 2008 (mineral, terroso y con intenso sabor tostado).
💶 80/Pers.
👍🏻Pros: materia prima de calidad. La carta tanto de comida como de vinos son espectaculares.
👎🏻Contras: Ruidoso. Mesas pequeñas y sillas incomodas (de polipiel que se pega con el calor).